domingo, 29 de noviembre de 2009

Versiones de "Anarchy in the UK"



Adivinanza:
Varias canciones que son la misma canción y no podrían ser más diferentes entre sí. ¿Qué será?

Respuesta:
Una colección muy heterogénea de versiones del clásico de la sinrazón de los Sex Pistols: Anarchy in the UK.

Post scriptum:
La letra no tiene sentido, pero se puede leer aquí en toda su anárquica gloria.



lunes, 23 de noviembre de 2009

Buscar sólo para destruir

I'm a street walking cheetah
with a hide full of napalm.
I'm a runaway son of the nuclear A-bomb.
I am a world's forgotten boy,
The one who searches and destroys.
Honey gotta help me please,
Somebody gotta save my soul.
Baby detonate for me.

Look out honey, 'cause I'm using technology!
Ain't got time to make no apology.
Soul radiation in the dead of night.
Love in the middle of a fire fight.
Honey gotta strike me blind.
Somebody gotta save my soul.
Baby penetrate my mind.

And I'm the world's forgotten boy,
The one who's searchin', searchin' to destroy.
And honey I'm the world's forgotten boy,
The one who's searchin', only to destroy.
Forgotten boy...

Después de la Segunda Guerra Mundial el desencanto y la desilusión llegaron para quedarse. Algunas voces dentro de las affluent societies del primer mundo criticaban duramente los ideales de la Guerra Fría y esto se haría notar, por ejemplo, en el movimiento hippie. Fue cuando se empezaba a hablar de contracultura en varios países occidentales y no pasó demasiado tiempo para que se transforme en enfrentamiento.

Todos los grupos humanos tienen una escala de valores que les da elementos para juzgar lo que es aceptable o no. En general, no nos detenemos a pensar en la arbitrariedad de las convenciones sociales porque no aceptar este consenso nos colocaría —ideológicamente y tal vez también psicológicamente— fuera de la sociedad, algo muy difícil de manejar. Tal vez sea el delincuente el que está en uno de los peldaños más bajos de esta escala de valores de aceptación social. En inglés se usa mucho el término offender. No deja de ser interesante la etimología, un offender es aquel que al romper la ley ha atacado, violado, ofendido (todo esto y más dentro del verbo latino offendo) a la sociedad. Esta se enfrenta a él para condenarlo y así lo deja fuera.

Así, la historia detrás de la palabra inglesa punk es contemporánea de la Guerra Fría. Inicialmente era solo un término peyorativo para un vago, un ser despreciable y sucio. Se usó mucho para referirse a un joven delincuente en el cine policial de Hollywood, pero desde la década de 1970 —en una actitud de abierto desafío— varios grupos urbanos marginales adoptaron este término para definirse.

Ante el desencanto la agresividad. Ante el vacío interior la destrucción —y la autodestrucción. Este era el lema de un punk, de cualquiera que se sentiese, en términos de Iggy Pop, the world's forgotten boy.

Iggy and The Stooges, Search and Destroy (1973).
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martes, 17 de noviembre de 2009

El hechizo de las imposibilidades

“Que me den lo finito, lo definido, la materia que puede servir a mi operación, en tanto esté al alcance de mis posibilidades. Ella se me da dentro de sus limitaciones. A mi vez le impongo yo las mías."
Igor Stravinsky. Poética Musical (1939-1940)



El día domingo 25 de octubre se estrenaron obras de ocho jóvenes compositores argentinos en el marco del Encuentro de Arte Sonoro TSONAMI. Las obras seleccionadas fueron compuestas para el Taller Ceibo, dictado por Luca Belcastro en julio de este año. La consigna inicial era componer obras de máximo dos minutos y hasta dos instrumentos, en unos casos, y máximo cinco minutos y hasta cinco instrumentos en otros. Estos últimos podían ser elegidos entre los ocho disponibles en el Ensamble Hilarión (violín, viola, cello, clarinete, flauta, soprano, piano y percusión).

Aun cuando las obras debían hallarse dentro de estos márgenes impuestos, el resultado fue ampliamente heterogéneo. Fue evidente que aquello que aparentemente restringe puede ser utilizado como disparador de desarrollos inusitados. Es lo que Olivier Messiaen denominó "el hechizo de las imposibilidades". Se trata de abrirse camino a través de las limitaciones circunstanciales y/o autoimpuestas; de sortear obstáculos para "encontrar el propio lenguaje, la propia voz". Esta es la definición de la música del s.XXI para Patricia Martínez, la compositora de Un abismo encendido de miradas. Para Diego Taranto, autor de Cero, el trabajo consistió en "la adaptación de una limitación a un interés estético", porque "el condicionamiento no es necesariamente negativo", puede ser "fuente de motivación", es "valorable, más que lamentable".


Cero de Diego Taranto. 25-10-2009

Cómo convertir posibles obstáculos en posibilidades reales parece ser la pregunta clave. Un camino recorrido por D. Taranto es la "visión del instrumento como un medio musical más amplio que el connotado por el repertorio clásico o tradicional." Es válido también el establecimiento de relaciones dialécticas con la tradición en diferentes grados. Un abismo encendido de miradas de Patricia Martínez está basada en Pien d'amoroso affetto de Giulio Caccini (1546-1618), pero también en la interpretación que hace de esa obra Alfred Deller. Una doble demarcación de límites.

La barrera temporal fue, en ciertos casos, salvada con métodos para la concentración de la expresión como los explorados en el Haiku de la literatura tradicional japonesa. La obra Enigmático afluente de Silvia Rivero fue presentada por ella misma como un "haiku musical".

Cómo reaccionar ante los condicionamientos se revela como el tema central. Las restricciones pueden volverse directrices de un camino no antes transitado. De esta manera, la labor del compositor se ve favorecida al circunscribir el campo de acción, porque lo infinito no es inteligible. La forma en que interactuamos con nuestro entorno es convirtiéndolo en objeto de estudio, cercando su campo de significación: poniendo límites. Es ahí cuando liberamos nuestras energías humanas y, paradójicamente, en el proceso de creación deshacemos lo andado para reencontrarnos con lo indeterminado una vez concluida la obra. Lo definido nos ha servido durante su gestación, pero una vez que se muestra el resultado de la creación, lo dejamos atrás, como se hace con el camino previamente transitado, que nos sirvió para llegar al lugar desde donde emprendemos nuestra marcha.